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do en donde se realice su tarea profesional y en caso
de existir temas relacionados a conductas delictivas
o casos en donde además surja alguna muerte, el
profesional como máxima autoridad en la obra y con
responsabilidad indelegable, sería juzgado penal-
mente, comprometiendo su libertad.
La tentación:
Considerando que el dinero está en la construcción
y no en el proyecto y dirección, cualquier arquitecto
que pretenda jugar a la especulación, podría realizar
un combo mágico
“Lo proyecto, lo dirijo y lo construyo”
se toma dinero de todas las tareas y uno manejando
el combo puede aflojar y no discutir el honorario, es-
cogiendo sin dudar el resultado del cómputo arance-
lario y el sacudón de la ganancia pasa para la obra.
Tal descripción es utilizada por varios colegas que
pasan un valor total por
“Proyecto, Dirección y Construc-
ción”
, en muchos casos realizan además del contrato
del Colegio por separado un contrato donde escriben
lo mencionado anteriormente.
Al comitente el profesional e ofrece traer
“Su gente
de confianza”
lo que garantiza una obra ordenada y
confiable.
El profesional se transforma de inmediato en
“Em-
presa constructora”
, en realidad es figurativo pues él
no está inscripto como empresa, no realiza la contri-
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