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Tendrán un tratamiento especial tanto en el diseño como
en los materiales a utilizar,
debiendo adecuar su pendiente para que las personas que
puedan impulsar por sus
propios medios la silla de ruedas, la suban sin que ello
implique un gran esfuerzo.
A tal efecto, la pendiente que debe tener para salvar el
desnivel que constituye el cordón (20 cm.) no será mayor
al 10 %.
El ancho de las rampas será igual al de la senda peatonal,
debiendo ser continuidad de la misma.
Este es el caso más común, donde la rampa “invade” la
vereda.
Además de la comodidad, que el ancho de la rampa se
equipare con el de la senda peatonal y sea continuidad de
la misma, hará que todas las personas circulen por
el mismo camino, sin diferenciación alguna, constituyén-
dose, además, en un mensaje social de igualdad, particu-
larmente en los niños que crecerán con esta nueva visión
sobre el tema y a futuro será anormal la “diferenciación
actual”.
Respecto de los materiales a utilizar para su construcción,
se desarrollará cuando veamos el tratamiento de la vereda
y en particular su encuentro con la rampa.