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          persan en las calles transversales, y el triángulo que
        
        
          tiene vértice en el mástil y termina en 25 de Mayo
        
        
          tiene una impronta más tranquila, por la menor canti-
        
        
          dad de peatones y la presencia de público que llega
        
        
          en auto desde los barrios suburbanos, a lo largo de
        
        
          Libertador. Este sector tiene veredas más anchas y
        
        
          arboladas, y mejor calidad ambiental. Los usuarios
        
        
          de este tramo también usan los bancos sobre 25 de
        
        
          Mayo.
        
        
          El tercer tramo incluye 9 de Julio entre 25 de Mayo
        
        
          y Libertador, la plaza Mitre y la estación del tren de
        
        
          la Costa. Este tramo tiene movimiento muy reducido
        
        
          de peatones, dado que la mayor parte de las activi-
        
        
          dades diarias y ocasionales ocurren en los tramos
        
        
          anteriores. La Plaza, la Catedral, los Museos y los
        
        
          equipamientos culturales en este sector son de uso
        
        
          semanal y ocasional, por lo que no aportan la ten-
        
        
          sión suficiente como para mantener el flujo de públi-
        
        
          co desde el centro hacia el bajo.
        
        
          La barranca de la Plaza y el centro comercial del
        
        
          tren de la Costa y las vías del tren (cercadas en el
        
        
          eje del recorrido) constituyen una doble barrera que
        
        
          separa física y mentalmente el bajo de lo que ocurre
        
        
          en la zona céntrica de San Isidro. La conexión física