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          de San Isidro como lugar verde, con formas que alu-
        
        
          den a vegetación y a los árboles, un patrón a la vez
        
        
          abstracto, irregular y orgánico que se desarrolla en
        
        
          los solados y equipamientos. Los lugares para dete-
        
        
          nerse se elevan emulando la topografía de la barran-
        
        
          ca, configurando asientos y espacios de reposo que
        
        
          invitan a la gente a detenerse y disfrutar el espacio
        
        
          público. El sistema se completa con iluminación y
        
        
          señalética, bolardas para marcar el límite a los au-
        
        
          tos, canteros y sectores para arboles se integran a
        
        
          la propuesta en un intercalado de elementos de pa-
        
        
          vimento con pasto.
        
        
          Las arquitectura existente de los edificios y el dise-
        
        
          ño de las fachadas, vidrieras y marquesinas se inte-
        
        
          gran a esta imagen de conjunto. Por un lado la arqui-
        
        
          tectura original de edificios con valor patrimonial se
        
        
          pone en valor, y por otro se propone la incorporación
        
        
          de nuevas estructuras de programas mixtos de vi-
        
        
          vienda, trabajo y educación, para renovar la vida y
        
        
          la imagen del eje comercial. Las plantas bajas con
        
        
          sus frentes, vidrieras y marquesinas se diseñaran en
        
        
          base a un código flexible pero que pone en valor el
        
        
          espacio de la calle y promueve una estética susten-
        
        
          table y urbana.